jueves, 20 de noviembre de 2014

La mamá de Juan

MUERE AL ALBA LA MAMÁ DE JUAN
La mamá de Juan, de joven, con la nena y una tía


Los Reyes de España, el Presidente del Gobierno y altas personalidades de la política y  la cultura no asisten a su entierro

Deja una fortuna calculada en 967 euros y un televisor de plasma de 42”




Representantes de la Casa Real, de la nobleza, de instituciones civiles, militares, del mundo de la política y de la cultura, no asistieron a los funerales de la mamá de Juan, fallecida en febrero a la edad de 88 años, rodeada de los suyos (dos ancianos enfermos que compartían habitación en el hospital y que no se enteraron de su muerte debido a su demencia), no habiendo recibido los santos sacramentos ni confortada en la paz del señor. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, no ha tenido que trasladarse desde ningún sitio para dar el pésame a la familia.

La mamá de Juan deja una fortuna calculada en 967 euros, un televisor de plasma de 42 pulgadas y un reloj de pared. Entre sus otras posesiones repartidas a lo largo y ancho de su casa de 32 metros cuadrados, figuran dos macetas, varias herramientas,  fotos de sus hijos y nietos y un calendario que le trajo Juan de Mallorca. La casa alquilada ha sido rápidamente vaciada y ocupada por nuevos inquilinos, una pareja de jóvenes ecuatorianos con un hijo de corta edad.

La guerra civil no pilló a la mamá de Juan en un internado de Londres, sino en Madrid, en su casa de la calle Hileras, donde fue asesinado su padre. Su madre había fallecido años antes, cuando ella tenía dos años de edad. Al acabar la guerra se puso a trabajar de cualquier cosa, a veces en dos sitios a la vez, duplicando la jornada. Al llegar a la jubilación, le quedó una pensión de 463 euros. No ha habido una fundación para la custodia y control de sus bienes.

No se casó tres veces. De hecho no se casó ninguna. Tuvo una niña que se le murió con un año de edad. Y luego tuvo otros dos hijos con los que no tuvo ningún pleito por la herencia. Uno de ellos murió unos años antes, con lo que el pequeño Juan heredó toda su fortuna: la televisión de 42 pulgadas, el reloj de pared, las fotos, los 967 euros y el calendario de Mallorca. 

Siempre tuvo fama de rebelde y  de querer ponerse el mundo por montera, pero nunca pudo ejercerlo  porque dedicaba todo su tiempo al trabajo y a los hijos. De hecho fue el mundo el que se le puso a ella por montera en numerosas ocasiones. No sentía devoción por el flamenco ni por los toros, así como tampoco por la capilla de la Virgen de los Gitanos, que nunca visitó. Jamás salió de Madrid. No se codeó con la reina Isabel, ni con los príncipes ni con Jaqueline Kennedy.  No conoció el mar.

Al velatorio asistieron las más altas personalidades de su círculo íntimo de allegados, un total de ocho personas. No había libro de visitas.

En su memoria se han guardado tres días de permiso por asuntos familiares, que se han tomado Juan y otros miembros de la familia que trabajan.

Ochocientas personas aproximadamente mueren al día en España. Todas ellas tuvieron un pasado diferente pero un futuro similar. Merecen el mismo pesar y reconocimiento. La muerte es lo que tiene, que todo lo iguala.


Aunque ellas no lo saben.
La mamá de Juan, con Juan y Toñín, haciendo ostentación de sus posesiones

6 comentarios:

  1. A pesar de la crudeza y realismo que nos muestras me ha parecido una reflexión emotiva y hermosa.
    Ya nos lo cantaban Alphaville
    ...algunos somos como el agua y otros como el sol
    algunos son la melodía y otros el ritmo..
    más pronto o más tarde, todos desapareceremos...

    Aunque todos llegamos y retornamos en el mismo vehículo, afortunadamente, la libertad y el amor no conocen cuna ni condición. (esto ya es de mi cosecha)

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  2. Hoy el humor estaba de más. Me quito el sombrero.
    Un impactante homenaje a tu madre y a un montón de mujeres con una vida heroica en lo doméstico y nunca reconocida.
    Enhorabuena. Sigue

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  3. Juan, ¿cómo consigues sorprendernos siempre? Hoy, que parecía un día bastante cómico por tanto folklore, nos has dejado con el corazón encogido. Pero tienes razón.

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  4. Aunque se suele decir eso de "no tengo palabras" resulta que es mentira, sí que las tengo: sigue, no pares, amigo.

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  5. Espectacular viene, e este caso de espectáculo entrañable. Sigo pensando en todo lo leido y te digo lo mismo que antes, sigue, no pares, amigo.

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  6. Gracias, amigos. Las mamás de todos no habrán hecho cosas tan superlativas por el bien del mundo como hizo la llorada duquesa, pero seguro que por bondad y dignidad no merecerían menos.

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