miércoles, 2 de diciembre de 2015

Nuevas revelaciones en el fraude de las subvenciones al cine


'OCHO APELLIDOS VASCOS' NO LA HA VISTO CASI NADIE

La película solo ha sido vista por un total de 127 espectadores


La película se proyectaba en salas vacías para cobrar las subvenciones

Es una de las películas menos vistas de la historia del cine

La mayoría de la gente solo sabe que va de un vasco que pesca un atún





El mito se ha derrumbado. Ya era extraño que una comedia sobre vascos creara tanta expectación, con tanta gente como decía que la había visto y que se lo había pasado bomba. Pero la verdad finalmente se ha abierto paso sobre la mentira. Todo fue una trama urdida por ciertas productoras para cobrar subvenciones del estado a cuenta de taquillas inexistentes por películas que no quería ver nadie.

-Ocho apellidos vascos es un bluf- nos comenta un inspector de cultura que prefiere mantener el anonimato – Si alguien le cuenta de qué va, no se lo crea. No la ha visto nadie. Yo he ido personalmente a ver esa película en salas,  no por gusto, desde luego, sino por la cosa de la inspeccionar, y créame si le digo que me hallaba siempre solo en el patio de butacas. 

Dani Rovira animando a la gente entrar en el cine bajo la
amenaza de que afuera habría un mitin de Rajoy
Otro inspector de cultura que accedió a hacer su trabajo a regañadientes corrobora lo anterior:

-La salas siempre estaban desiertas. A lo mucho algún crítico de los que entran de gañote y no pagan, y luego la ponen de excelsa aunque se quedan dormidos en la butaca, o alguna pareja mal aconsejada que se salía a mitad de la proyección. Verla, lo que se dice verla hasta el final, pocos. Muy pocos. Yo mismo, que la he visto varias veces por lo de la inspección,  no puedo decirle de qué va, un vasco que pilota un barco y pesca  atunes, poco más.

Familiares de los actores fueron reclutados para asistir a la película,
aunque luego entraron a ver la de los juegos del hambre.

Efectivamente, las cuentas reales de taquilla de Ocho apellidos vascos, una vez descontados los números inflados por el fraude de las subvenciones, asciende a ciento veinte siete espectadores, con una recaudación total de novecientos treinta y cinco euros.  Ni siquiera el día del estreno la película contó con cifras más dignas. De las diecisiete personas presentes en la sala, seis eran familia de los actores y once de los acomodadores. A media película tuvieron que reclutar indigentes para llenar la sala, a los que prometían tazones de sopa y quedarse a dormir en los butacones al finalizar el pase.

-"Ya me extrañaba a mí que alguien haya querido reírse de los vascos, con lo serios y comprometidos que somos"- ha comentado Otegui en el videoclub de la prisión, donde estaba devolviendo una de Paco Martínez Soria. Ni que decir que tampoco ha visto Ocho Apellidos Vascos. "Un vasco que pesca un atún o así, ¿no?" .

"Yo tampoco la he visto -reconoce Karra- Sé que sale uno pescando un atún, pero..."

Ocho apellidos catalanes, secuela de la anterior, lleva el mismo camino. En el preestreno había un gran caldero de sopa a la entrada y mucha gente en chándal. Artur Mas, entre ellos. Otra de las exigencias impuestas por la CUP para sentarse a negociar.

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