miércoles, 24 de junio de 2015

DESARTICULADA UNA BANDA CUYOS INTEGRANTES SE HACÍAN PASAR POR LOROS

Francisco Javier Oliveira de Todos los Santos, como el loro
Wilson, antes de comenzar el número de espadachines, junto a
Wojtyla (Efraín Expósito) y el loro Galindo (un loro de verdad)

Las personas eran introducidas en disfraces de loro hábilmente diseñados, superando así todas las inspecciones.
Actuaban en hoteles de playa y fiestas patronales.


El botín incautado asciende a más de setecientos euros.







El equipo de investigación de LaRazónToday ha logrado desarticular, esta vez sí, una banda internacional de delincuentes radicada en Fuentes de Oñoro, cuyo modus operandi consistía en hacer pasar por loros a personas camufladas en disfraces hábilmente diseñados y ponerlas a actuar en fiestas infantiles y espectáculos de animación durante el verano por toda la geografía española. Con este método de suplantación, la banda consiguió hacerse con un botín de más de setecientos euros.  
La investigación ha tenido lugar a lo largo de los cuatro últimos años mediante la técnica de cámara oculta y sobornos a vigilantes. He aquí una muestra  de lo actuado.

EL LORO WILSON (Expediente 213/2015)

(Comienzo de la transcripción)

-¡Muy bien, Wilson! Con qué habilidad ha encestado la pelotita en la canasta. Un aplauso para el loro Wilson. Y así, señoras y señores, con esta brillante actuación, damos por finalizada la actuación esta noche de los fabulosos Glober Troters Loros. Un aplauso para los loros.
-¡Un aplauso para los Glober Troters Loros!
-¿Qué pasa señores? ¿No merecen un aplauso los Glober Troters Loros? ¿Es que no les ha gustado la actuación?

-Pues no.

-¿No les ha gustado la actuación de los Glober Trotesr Loros? ¿No les ha parecido entrañable la hazaña del loro Wilson metiendo la pelota en la canastita?

-No.

-¿No? pero ¿por qué no?

-(con fuerte acento gallego) Porque no es un loro.

-¿Que no? ¿Que no es un loro el loro Wilson?

-Pues no.

-Caramba, esto es inaudito. Entonces ¿qué es?

-Un señor.

-¿Un señor?

-Sí. Un señor disfrazado.

-¡Un señor disfrazado¡ ¡Esta sí que es buena! En mis treinta años de profesión al frente de este espectáculo de loros, es la primera vez que me dicen algo semejante. Pero ¿en qué se basa usted para insinuar tal cosa? ¿Es que no ha visto como grazna?

-¡Jjrrooaccc! ¡Jjjrooracc?

-¿Qué le parece, es un loro o no es un loro el loro Wilson?

-No señor.

-Pero bueno, ¿no ha visto usted cómo agita las alas? ¿No ha visto usted cómo se columpiaba el loro Wilson y se contorsionaba con especial habilidad en el número de los espadachines?

-Ya, pero se ha caído…

-Bueno, claro, hasta los loros se caen y fallan en alguno de los numeritos.

-Ya, pero los loros no hablan.

-¿Que no hablan los loros? ¿Que no hablan los loros? Con todos los respetos, señor, no voy a discutir con usted estas cuestiones, pero creo que sabe usted muy poquito sobre los loros. Los loros hablan, ya lo creo que hablan. Eso lo sabe todo el mundo.

-Ya, pero este loro al caerse ha dicho que es alérgico a la penicilina.

-Bien ¿y qué? No sabe usted la de cosas que pueden llegar a decir los loros cuando se caen…

-Ya, pero este loro lo ha dicho porque se ha roto el tobillo.

-¿Que se ha roto el tobillo? Qué se va a romper el tobillo, este loro está perfectamente, mire cómo baila, fíjese como da una vuelta sobre sí mismo para demostrarle que está como una rosa.

-Ya, pero él creía que se había roto el tobillo y por eso ha dicho lo de la penicilina. Además, es muy grande para ser un loro.

-Vaya, ahora además la culpa la tiene el pobre Wilson porque es muy grande para ser un loro…

-Sí. Yo creo que es un señor pequeño disfrazado.

-Pero…pero…¿cómo puede usted pensar ese disparate? No ha visto cómo ha luchado en el número de los gladiadores contra el loro Woitila, y cómo ha perdido el duelo con el loro Cheyenne. ¿Perdería contra un simple loro un hombre, un hombre disfrazado, como usted dice?

-Ya, pero es que Woitila también es un hombre disfrazado…

-¿Que Woitila es un hombre disfrazado? ¿Que el loro Woitila también es un hombre disfrazado? Pero bueno, es que usted ve hombres disfrazados por todas partes.

-No señor. En todas partes no veo hombres disfrazados de loros. Pero estos dos sí que lo están.

-Esto es inaudito. Woitila. Muestra al señor que eres un loro.

-¡jjrroacc! ¡jjrroacc!

-¿Lo ve usted?

-No. Es un hombre disfrazado. Si se le ve la cremallera del disfraz. Y lleva descosido el pico y lo tiene medio colgando…

-Esto es el colmo. Y Galindo también ¿verdad? el loro Galindo también es un hombre disfrazado, ¿a que sí?

-No señor.

-¿Ah, no?

-No, Galindo no.

-Vaya por Dios, menos mal.

-Pero es que Galindo no ha hecho nada. Ese loro no se ha movido en todo el espectáculo, salvo cuando se ha escapado volando y se ha dado un morrazo contra la sombrilla y se ha caído a la piscina.

-Claro que no ha hecho nada, porque iba a hacerlo justo en el momento en que usted ha interrumpido para decir que mis loros son hombres disfrazados.

-No. Usted ya había dado por terminado el espectáculo.

-De eso nada, señor. ¿Ve usted cómo no sabe nada? Dije que había acabado la actuación, pero porque eso formaba parte del espectáculo. Después iba a venir la sorpresa con una formidable actuación a cargo del loro Galindo, que iba a hacer una cosa graciosísima.

-¿Qué iba a hacer?

-Una cosa.

-¿El qué?

-Pues una cosa estupenda, pero como usted dice que no es un loro…

-Galindo sí. Galindo es un loro. Los que no son loros son los otros dos.

-Mire, señor. Esto es inaudito. Esto es una ofensa para mi reputado y conocidísimo número de los Glober Troters Loros, un número que ha dado la vuelta al mundo y ha sido portada en varias revistas internacionales. Usted me quiere arruinar el espectáculo con sus insidias y sus sospechas. Pero afortunadamente, el resto del distinguido público sí que sabe valorar la calidad de mis números.

-¿Pero qué público? Si aquí ya solo quedo yo…

-Vaya, ahora según usted tampoco hay público.

-Pues no señor. Había otro individuo mirando, pero se ha levantado a media sesión, cuando el número de la bicicleta…

-Claro, le habrá ido usted con la fantasía esa de que no son loros, y me lo ha acabado espantando. Me ha espantado usted al público.

-No señor, yo creo que le han llamado por teléfono porque se ha dejado la caipiriña a medias, pero yo creo que también se ha dado cuenta de que esos no son loros, porque cuando el loro Wilson se ha montado en la bicicleta, ha dicho: “verás qué tortazo se ha ese payaso”…

-Bueno, pues muy bien. De acuerdo. El loro Wilson no es un loro. Es un señor de Ponferrada que se llama  Francisco Javier Oliveira De Todos los Santos, pero ¿y qué? ¿Eso desmerece el número? Todo lo contrario ¿Sabe lo difícil que es parecerse a un loro y actuar como un loro cuando uno pesa sesenta y siete kilos  y tiene que girar sobre el trapecio y contorsionarse como si fuese un ….

-Eso sí es verdad, que la postura del Ángel carpado le ha quedado bordada.

-Javier Francisco es un artista en el traje de un loro. ¿Sabe usted lo difícil que es para Javier Francisco montar en una bicicleta para loros, enfundado en un traje de loro que le asfixia, que le está pequeño, que pasa calor, que pica una barbaridad, porque es todo acrílico. ¿Verdad, Javier Francisco?

-JJJccroajjccc…

-Fíjese lo disciplinado que es, que actúa en todo momento como el personaje en el que está metido. Le tengo dicho que no deje un momento de hacer el loro y mire cómo lo lleva a rajatabla. En su casa me dicen que las más de las veces no habla, sino que grazna continuamente, eso es para estar en todo momento en su papel y que no haya una queja del respetable público que le aprecia y le adora y sabe de su entrega.

-¿Y el otro loro?

-Ese no sabría decirle. Sé que es portugués y que vive en Fuentes de Oñoro, pero no sé mucho más. Lo tengo hace poco en el espectáculo porque me lo recomendó un amigo.

-JJJccroajjccc…

-Habla poco y no se le entiende. De todas formas está provisional porque se vuelve a Oñoro dentro de unos días…

-Mire, por mí no se preocupe ni me dé más explicaciones porque a mí me da igual. Yo es que soy el vigilante de noche del hotel y he llegado un poco antes de mi hora, y me he sentado aquí para hacer tiempo.

-Pues a mí me va a hacer falta pronto un loro ¿No le interesaría a usted el papel de Woitila?

-Yo es que no sé montar en bicicleta…

-Pues quitamos la bicicleta. ¿Qué sabe hacer?

-Pues así, para espectáculo…yo sé hacer el salto de la rana, como el Cordobés de sus comienzos…

-Me vale. Un loro haciendo el salto de la rana. Perfecto.

-Y si quiere, podemos enseñarle a Galindo a fumar, yo por mí tengo toda la noche…
 (fin de la transcripción)

2 comentarios:

  1. ¡Sí que es un notición! Hasta ahora sólo habíamos visto -oído, más bien- loros disfrazados de personas. El gallego y el feriante, sin ir más lejos.

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  2. Al loro lo que le pierde es que larga mucho...

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