lunes, 22 de agosto de 2016

Ocio y cultura

ENCUADERNA UNA SERIE DE CUARTILLAS Y SE HACE PASAR POR ESCRITOR

En el momento de su detención, el falso escritor intentó tragarse
 un cuadernillo de poemas , pero desistíó al tercer serventesio



Le incautan un falso libro de poemas y una pseudo-novela a medio terminar

Tenía antecedentes por haberle escrito un soneto a una concejala de obras






Funcionarios de la brigada antifraude cultural de  la comisaria de Moratalaz detuvieron ayer noche a un individuo de origen extremeño pero radicado en Madrid que se hacía pasar por escritor y que había publicado varias falsas novelas. En su domicilio de Cañada Alta, en donde fue arrestado, fueron incautados un ordenador y dos impresoras matriciales, con las que imprimía los libros falsos. También encontraron  varios ejemplares de un libro de falsos poemas y unas cuantas cuartillas de lo que parecía ser una falsa novela a medio perfilar.

El falso poeta escribía bajo el seudónimo de Don Ramón del Valle-Inclán,
 lo que posibilitó su detención, no nos pregunten cómo.

El modus operandi  de este falso escritor era el siguiente: dotado de un ordenador con impresora, escribía varios cientos de páginas sobre cuestiones de actualidad, personajes de ficción de trama enrevesada, o bien aspectos puramente autobiográficos. Luego los imprimía a doble página y hacía encuadernar. A veces contaba con el concurso de pequeñas editoriales, a las que enviaba un correo o pendrive con el fichero que pretendía editar. Cuando la policía irrumpió en la pequeña chabola que utilizaba como  centro de operaciones de sus fechorías, estaba a punto de firmar un contrato de edición con una pequeña editorial de reciente formación, que también ha sido intervenida.

Una vez los ejemplares encuadernados obraban en su poder, el falso escritor salía con ellos a la calle y emplazaba  a los transeúntes a comprárselos bajo falsas promesas de amenidad y alta calidad literaria, o bien los dejaba en algún banco del parque esperando que la gente pasara y se los llevara, en la confianza de que, tarde o temprano, en algún momento posterior procedieran a su lectura. La policía estima que mediante este método pudieran ser seis o siete las personas estafadas que se llevaron un falso libro creyendo estar en posesión de buena  literatura. En alguna ocasión, el detenido utilizaba métodos violentos y, llevado de una extrema agresividad, abordaba a los viandantes bajo la amenaza de que estaba muy loco y  les obligaba a llevarse el libro por la fuerza, no sin antes hacerles leer en voz alta alguno de sus pasajes.

El gremio de editores y libreros ha emitido un comunicado celebrando la detención, pero denuncia simultáneamente la falta de seguridad a la que se ven sometidos con la presencia de estos indeseables que, sin asomo de exquisitez literaria y sin abonar ni un euro por impuestos, les arrebatan con malas artes los pocos lectores que van quedando, por lo que animan a la policía brigada antifraude cultural a emplearse más rigor y contundencia en sus intervenciones.

-Muchos nuevos Cervantes o Lópeces Revérteres marchitan y quedan sin audiencia por culpa de estos advenedizos que roban su tiempo y su atención a los buenos lectores, a los que privan de este modo de buenas veladas al socaire de magníficos best-sellers...

El gremio de editores y libreros emitió un comunicado celebrando la detención,
pero lo hizo en endecasílabos, lo que desmoralizó mucho al personal.

En aplicación de la ley mordaza, la policía quemó inmediatamente todos los ejemplares y le tiño el pelo de verde. Luego fue puesto a disposición del juzgado número 44 de Madrid, cuyo titular se ha puesto muy contento porque se marchaba de vacaciones y no tenía muy pensado lo que iba a llevarse para leer a la playa.


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