martes, 27 de octubre de 2015

Severas normas del ayuntamiento contra los músicos callejeros

CARMENA PROHÍBE TOCAR ‘MOLIENDO CAFÉ’ EN TODO EL RECINTO DEL RETIRO

Los paseantes podrán beber horchata o montar en barca sin tener
que soportar en todo momento la murga de Tequila o La Cucaracha



Tequila o La Cucaracha tampoco tendrán cabida en el repertorio de los saxofonistas


La medida cuenta con la total unanimidad de los concejales del ayuntamiento





En una decisión que ha concitado el consenso de toda la corporación, la alcaldesa de Madrid ha dictado un bando por el que los músicos del Retiro tendrán prohibido tocar determinadas canciones. A partir de ahora, tocar Moliendo café o La Cucaracha supondrá la cancelación automática del permiso municipal y la confiscación del instrumento. Habrá, eso sí, un periodo de gracia para que los músicos se hagan con un nuevo repertorio, pasado el cual, insistir en los temas prohibidos conllevará graves sanciones.

Moliendo café estará prohibidísima. “Es una de las mayores amenazas para la salud mental de los paseantes, que debemos preservar -ha manifestado el portavoz municipal, poniendo los dedos como si tocara el saxofón-  Podemos hacer la vista gorda con Extraños en la noche, y hasta con Yellow submarine, que determinadas mañanas hasta apetece. Ahora bien, Moliendo café, día sí día también por la mañana y por la tarde, por ahí no pasamos”.

Amparados en el gentío, los músicos incorporan música rancia de los cincuenta
con desprecio a las más elementales normas de la convivencia

La Cucaracha es otra de las canciones que tendrán vedada su ejecución a partir de noviembre. Nada en contra tiene la Corporación sobre los primeros compases del corrido mexicano, rápidos y saltarines, pero es que luego el saxo se entretiene en el desarrollo, y no. La canción entera no.  Entonces solo cabe cortar de raíz y silenciarla en su totalidad.

'Tequila' es otra de las canciones que tiene también sus horas contadas. Agentes municipales de paisano patrullarán en torno al estanque y el Palacio de Cristal con órdenes estrictas de intervenir a los primeros compases de la pieza. La consigna es detener la ejecución y confiscar el instrumento, pero si es preciso se le tira al agua. Todo menos permitir que la canción avance hasta ganar el estribillo.

-Con Tequila hemos de tener tolerancia cero. Hay que tener en cuenta que por el retiro pasean muchos turistas. Y niños…

Lo más moderno del repertorio de los saxofonistas del Retiro
es la de Pajaritos. Ya sabe: "pajaritos por aquí, pajaritos por allá..."
Hay sin embargo quien no ve ninguna malicia en ello

Pajaritos es otra de las canciones cuya interpretación conllevará inevitablemente la correspondiente sanción, aunque algún concejal de la oposición no la ve con malos ojos y hasta hace un amago de levantar las manitas y empezar a bailarla. Pero ha de reconocerse que la medida debe ser aplicada sin excepciones si se pretende erradicar esa lacra sonora de nuestro parque más emblemático.  “Mire usted –subraya el concejal de festejos y urbanismo-   resulta aburridísimo soportar siempre las mismas canciones pasadas de moda una y otra vez desde que se entra por la Puerta de Alcalá hasta que se sale por Alfonso XII.  Y si entra por el Paseo de Coches, no le digo nada. Pero qué tíos más cutres…”

Por el Paseo de Coches del retiro han pasado grandes artistas. Sin embargo, hasta los mismísimos Beatles saldrían corriendo al escuchar por vigésimo cuarta vez la vesión saxofónica de su Yelow submarine.

Técnicos municipales han calculado que la distancia entre los músicos se haya dispuesta de tal modo que no bien escapa usted de la tonalidad acústica de uno y ya se está metiendo  en la cromática sonoridad del siguiente, sin un solo segundo de silencio y coja el sendero que coja.

-No digo que toquen a Bruce Springsteen ni Héroes del Silencio, pero vamos, si tiene que ser antiguo que toquen algo del dúo dinámico, o de los Brincos…

Ahora bien. Si hay una  canción por la que el ayuntamiento va a luchar con todo su empeño en silenciar y perseguir hasta erradicar definitivamente, esta es la de 'Omarcheney ofitersen', que para colmo ni sabemos su título ni creemos que lo haya sabido nunca nadie, pues hemos preguntado a cuatro vecinos y ninguno ha caído.  ”Es una marcha americana. Allí también estamos hasta el gorro de ella”, confirma un Erasmus de Kentoky al que solemos hacer poco caso porque es algo fantasma. Como quiera que sea, Omarcheney ofitersen es el paradigma por excelencia, según el bando municipal, del tipo de canción que no debe volver a oírse en el retiro bajo ninguna circunstancia.

"Y uno, dos, tres, vamos otra vez, muchachos: Omarcheney, ofidersen..."

-Eso es lo peor de lo peor. Pase ‘La cucaracha´’ y pase ‘A media luz’. Pero cuando empiezan con el pupurri y llegan al "Omarcheney", entonces ya hemos dado  con los límites de lo rancio y ya solo puede ocurrirle que se caiga usted de la barca.


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