jueves, 7 de mayo de 2015

Récord en empleo

EL NÚMERO DE CONTRATACIONES SUPERA POR PRIMERA VEZ AL DE TRABAJADORES

Funcionarios de la Oficina de Empleo de Parla, del turno de 
noche, clasificando los contratos por orden alfabético


"Ya solamente los desempleados se encuentran sin empleo" ha dicho una exultante Fátima Báñez

Hay tanta contratación que salimos a cinco contratos por cabeza








Los datos de las cifras de empleo correspondientes al mes de abril han sido excelentes. Por primera vez en la historia, el número de contrataciones laborales ha superado el de trabajadores, lo que además de un hito estadístico supone un récord Guinnes mundial al alcance de muy pocos. La reforma laboral ha dado resultado y la ministra Báñez puede presumir con orgullo de que su política de empleo ha dado por fin los frutos apetecidos.


La ministra Báñez, autora del milagro, en una fiesta de carnaval
disfrazada de gárgola Otra cosa no, pero cuando se pone...

De este modo, hasta el mes de abril de este año se han registrado setenta y nueve millones de contrataciones laborales. Teniendo en cuenta que en España hay unos quince millones de trabajadores, se deduce que tocamos a unos cinco contratos por cabeza. No está mal. No está nada mal.

-"Zapatero no tenía ni puta idea de hacer las cosas– ha dicho el portavoz Hernando con la sutileza que le caracteriza- Mira, mira cómo es llegar nosotros y haber contratos a patadas….”

Según cálculos ofrecidos el por Instituto Nacional de Estadística y repasados por nosotros mismos, hay trabajadores que han gozado de hasta cuatro contrataciones diarias: una por la mañana hasta la hora del bocata, otra hasta la hora de comer –la del jefe-, luego por la tarde hasta el cierre  y finalmente otra por si acaso viene gente a tomar la penúltima. 

-“¿Que no se contrata? ¿Y esto qué es, eh, esto que es…?”- Ha manifestado exultante el presidente de la patronal, quien ha aprovechado unas jornadas de responsabilidad empresarial en la sede de Coca-Cola para pedir mayor flexibilidad laboral al gobierno, con contratos por minutos y jornadas de horarios extensibles hasta el día siguiente.

The New York Time ya ha calificado el hecho de “El milagro español”, aunque algún miembro del gobierno sospecha que va con cuchufleta. El contrato más corto ha sido uno de quince minutos celebrado en Cullera, nunca mejor dicho porque fue para servir el champán en un banquete de boda, y el más largo el de una empresa de calcetines que contrató a dos trabajadoras por tres meses, hecho que ha causado un gran revuelo en la propia empresa y a la que acudió en persona la Ministra de Empleo, para honrar el acto con su presencia y hacerse fotos para el boletín del Ministerio. 


La ministra, con los ganadores del premio "Contrato del mes", 
otorgado a las empresas que hubieran contratado por un mes o más.
Por categorías, los trabajos más demandados han sido  camareros y albañiles, seguidos de cerca por pinche de cocina, barra americana y encuestadores en la calle Preciados. I más D más I, ha dicho De Guindos que se llama este modelo de recuperación económica. La duración media de los contratos ha sido de tres días con veintisiete minutos, contados desde el momento mismo de la firma. Se da la circunstancia de que los periodos de prueba superaron, de media, un cuatrocientos mil por ciento la duración del contrato mismo.
Por sectores, la hostelería ha registrado el 80% de la ocupación.
I+D+I llama a este modelo de activación económica el señor De Guindos

-“No nos parece suficiente –ha afirmado la ministra en el acto de la firma de esos contratos de la empresa de calcetines-  Vamos a por los cien millones de contrataciones, y luego a por los ciento cincuenta, para que toquemos a diez por barba – ha concluido copa en mano la ministra, sacando pecho, a pesar de ser en horario infantil.


"Si esto no es saquear España, que venga Dios y que lo vea"

2 comentarios:

  1. ¡Y los pobres ministros con un solo empleo...! ¿Y tienen contrato? Este tema debería investigarlo La Razón Today

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  2. Sabemos de buena tinta que cobran en negro, pero tenemos un pacto de confidencialidad para no decir nada.

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