domingo, 23 de septiembre de 2018

Le puede caer una multa que para qué

UN TORO SE MARCHA A SU CASA EN MITAD DEL FESTEJO 

No le gustaba nada lo que estaba sucediendo y decidió
poner fin a la fiesta
Necesitó de dos saltos, porque a la primera no cayó en el callejón, y cayó en el callejón

Luego se dio un buen baño en el río y se volvió para la finca

Los empresarios taurinos, muy dolidos ante lo que califican de grave cobardía
Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, con todo el mundo en torno suyo agitando trapos y citándole para no sabía bien qué, un toro decidió abandonar el ruedo de la plaza en plena celebración de un festejo local y, pasando de los mozos que le convocaban con burlas y requiebros, se dirigió directamente a la barrera para, de un elegante salto, burlar el burladero, valga la redundancia, y marcharse a su casa, pero no cayó en el callejón y cayó en el callejón, valga también la redundancia, por lo que volvió al ruedo por un lateral y efectuó la maniobra de nuevo, esta vez con el suficiente equilibrio para quedarse  a cuatro patas encima de la barrera y efectuar allí un nuevo y definitivo salto con el que superar el callejón y salir por fin de aquel lugar tan agobiante donde todo el mundo se estaba volviendo loco dando vueltas y gesticulando en torno suyo.

Desde la plaza el toro circuló por varias callejas hasta ganar la calle mayor del pueblo, que no conocía porque se había pasado toda su vida en la finca, parándose a mirar escaparates y a contemplar con estupefacción las carreras que se daba la gente a su paso. Luego se metió en el río y allí se estuvo un buen rato dando unas brazadas, en su caso manotadas, para quitarse el calor y el agobio de la fiesta. Finalmente y ya refrescado puso rumbo a la finca, donde le esperaba una ternera con la que había quedado para salir a tomar unos pastos.

Antes de marchar hacia la finca decidió darse un
baño para quitarse el mal rollo

La asociación de empresarios taurinos está que trina con el morlaco porque entienden que eso no era lo esperado de un toro noble y bravo como él, aunque el abogado del astado defiende que al toro nadie le había pedido su opinión ni su consentimiento para participar en la fiesta. El asunto está ahora en los tribunales, donde para esta misma tarde hay convocado un acto de conciliación que se espera que acabe con el conflicto y el toro salga otra vez al ruedo a amagar cornadas y corretear detrás de los mozos, que aún aguardan en la plaza esperando un acuerdo, aunque las posturas siguen muy alejadas -lo que hablando de toros, resulta muy decepcionante- y parece que habrá juicio.

Finalmente el toro llegó hasta su finca, donde
había quedado con una vaca para tomar algo


*Contraviniendo las más elementales normas de nuestro libro de estilo, la noticia es rigurosamente cierta.


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