martes, 4 de octubre de 2016

Un estudio acaba definitivamente con el mito de que "a mi perro solo le falta hablar"

LOS PERROS SON MUCHO MENOS INTELIGENTES DE LO QUE SUS AMOS SE PIENSAN

Rufo, el perro más inteligente del estudio, aunque costó
convencerlo para que soltara el palo de la fregona


Algunos son más listos que sus propios amos, pero nada más

Muchos llevaban el periódico a sus amos, sí, pero se dejaban el dominical, o habían cogido El País 

El estudio es de Minnesota. Con eso está dicho todo



El ochenta y cuatro por ciento de los dueños de perros afirman sin ambages que a su perro solo le falta hablar. Y otro setenta y cinco largo sostiene que, antes que le diga nada, el perro ya sabe lo que le va a decir. El cincuenta y siete por ciento lleva en la cartera una foto de su perro cuya mirada ya trasluce inequívocamente lo listo que es el jodío, y un cuarenta y cinco por ciento de los amos que se reúnen en el parque para que sus perros retocen y hagan amigos, acaban siempre por decir: “Pues eso no es nada, te voy a contar lo que hizo Rufo la otra tarde…”

Pues bien, ese mito ha caído de una forma estrepitosa gracias a un estudio fechado en Minnesota en el que se concluye inequívocamente que los perros no solo son bastante menos listos de lo que sus amos se piensan, sino que muchos no alcanzan siquiera el estándar mínimo exigible a un mamífero amaestrado que ha vivido mucho tiempo con el hombre. Es decir, son manifiestamente tontos.

El estudio está fechado en Minnesota, con lo que huelgan más comentarios acerca de su solvencia. Asimismo está soportado sobre una muestra de diecisiete mil perros de distinta raza y pelaje que sus amos cedieron para las investigaciones y a los que se sometió a las más concienzudas pruebas de control y peritaje. Cabe decir que los amos rellenaron previamente un test con su opinión acerca de la brillantez de sus perros, que  en la inmensa mayoría reflejó puntuaciones altísimas. (Algunos se equivocaron con el test, y fueron descalificados ellos y sus perros).

Pues bien. Los resultados han sido verdaderamente calamitosos. En palabras de uno de los investigadores: “Hay que ver lo tonto que es este perro. Pero tonto, tonto. A ver, Nuño, ven a comer y deja de frotarte con la aspiradora…”

Por ejemplo, ninguno fue capaz de acabar de forma correcta la declaración de la renta de sus amos, y eso que utilizaban el sistema Padre. Muchos no acabaron la prueba y, de los que lo hicieron, daban resultados desorbitados. Uno no había metido la hipoteca para desgravarse. Y a otro le salió a pagar más de trescientos mil euros, el muy gilipollas…

Y si hablamos de llevar el periódico a sus amos, cosa que muchos de ellos tenían a gran gala, el resultado no pudo ser más descorazonador. Más de la mitad de los perros se dejaba el periódico por el camino o venían sin el dominical. Y de los que lo traían, un gran porcentaje era El País o La Razón, lo que desbarata por completo las ínfulas de  inteligencia de la que les investían sus amos.

Eso sí. A la hora de procrear, el instinto de conservación del perro ha
mostrado atávicamente una pericia insuperable.

-No se puede ser más tonto –concluía otro investigador (que luego confesó que era más de gatos)- Este me viene con el crucigrama hecho…

-Había uno que decía que su perro cantaba el Imagine de John Lennon a ladridos. Mentira. Eso se parecía más a ´Cruz de navajas´ , y solo en el estribillo….

Y, sobre todo, el treinta y siete por ciento de los perros no hacía nada en absoluto ni mostraba habilidades de ningún tipo, salvo dormir, comer y cagar, ello a pesar de que sus dueños eran los que con más ahínco defendían la inteligencia de sus canes, atribuyendo la siesta permanente y la ausencia total de movimiento a rara manifestación de astucia.

Definitivamente, el estudio ha demostrado que los perros son en su inmensa mayoría bastante tontos y, en todo caso, más listos que sus amos, pero esto no es decir nada.

P.D. De política, ni hablar.


2 comentarios:

  1. ¡¡Mentira!! ¡¡Todo lo que dice sobre nuestra capacidad intelectual es mentira!!
    Soy el perro de María Dolores de Cospedal y le puedo asegurar que... (un momento, que se acerca y tengo que fingir que soy fiel y, por lo tanto, tonto, ya sabe: dar la patita, mover el rabo -en el buen sentido de la palabra- en fin, ser un perro tipo). Bueno, ya se ha ido, a Génova en concreto, a hacer que hace algo y a sus clases de cómo colocarse la mantilla y la peineta y a su cita con el logopeda.
    Pero nada más lejos de la realidad, y me refiero a mí, como can canino. Para empezar tengo el carné del PP más antiguo que el suyo, incluso más antiguo que el don Mariano. El mío es de Alianza Popular, el partido de don Manuel... y eso solo lo consigue una inteligencia superior. Además, sé ladrar eso de "montañas nevadas, banderas al viento", amen de recontar votos y manipular encuestas.
    En fin, que de tontos, nada. Lo que pasa es que la experiencia me ha enseñado que en la mayoría de las ocasiones en mejor hacerte el tonto, y que tu dueño te traiga la pelota que le has arrojado.
    Guau.

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  2. Son más listos que sus amos, seguro.
    A ver: ¿quién recoge la mierda de quién?
    Pues eso.
    Guau, guau...

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