viernes, 13 de mayo de 2016

Obituario

SE MUERE OTRA VEZ Y NADIE SE DA CUENTA

Un primo segundo cayó en la cuenta al reparar en un angelote del techo de la iglesia, que era la misma.

Los allegados tampoco recuerdan muy bien si ya se han muerto Tony Leblanc o José Luis López Vázquez.

El eminente compositor y dramaturgo Baldomero Achúcarro ha fallecido en su casa de Madrid a los noventa y seis años, víctima de una larga enfermedad, rodeado de los suyos y habiendo recibido los sagrados sacramentos.
La noticia hubiera supuesto un impacto considerable de no ser porque Baldomero Achúcarro ya había fallecido hace cinco o seis años, no recordamos bien. Sin embargo, deudos y familiares recibieron la noticia con consternación y celebraron las exequias del insigne dramaturgo con el mayor dolor y recogimiento, hasta que poco a poco algunos  allegados fueron observando que ciertos momentos de la ceremonia les sonaban familiares y se parecía mucho a otra a la que habían asistido hacía unos años, mismo lugar, mismos deudos y oficiantes... 

La primera en notar algo extraño fue la propia viuda, a la que toda la ceremonia le estaba sonando a algo extrañamente familiar, pero no dijo nada en atención a tanta gente como se había congregado en homenaje a su marido y a que el catering estaba ya dispuesto

Una sensación de déja vu se istaló en alguno cuando el cura párroco pronunció en diversas ocasiones el nombre del finado, e incluso pasajes de su vida que el oficiante estaba desgranando con emoción y cariño les estaba sonando a algo ya conocido y escuchado anteriormente, hasta que uno de los asistentes, un primo segundo muy apegado a Baldomero en su juventud y que había venido de Barbastro la noche anterior cayó en la cuenta del error.
-Coño, pero si a Baldomero le despedimos aquí mismo hace unos años, por Semana Santa. ¿No os acordáis la granizada que cayó a la salida y que el padre, que es el mismo, se torció el tobillo con el escalón?
El angelote dio la pista al primo de Barbastro para recordar
que a Baldomero ya lo habían enterrado hacía algún tiempo
Poco a poco la concurrencia fue cayendo en la cuenta de que, efectivamente, Baldomero se había muerto hacía unos años, concretamente un veintisiete de marzo del años 2012, y que le llevaron a enterrar a Navalcarnero, de donde era natural. Un vecino confirmó que entraron después a un mesón a tomar algo y salieron bastante achispados.
La más sorprendida con la confusión fue su hija mayor, que presidía el funeral, quien  efectivamente empezó a recordar detalles sueltos del funeral de su padre y hasta recordó que había estado Televisión española, una unidad móvil que recogió instantes del sepelio e incluso le llego a realizar a ella misma una corta entrevista. Asimismo fue cayendo en la cuenta de que lo tenían grabado en un vídeo.
-Bueno, lo que no me pase a mí…- dijo a modo de excusa, un tanto contrariada y mientras se abanicaba fuertemente.   Familiares de Baldomero empezaron entonces a juntar detalles del anterior entierro y a recordar pasajes muy vívidos de todo aquél proceso de duelo, que incuso tuvo consecuencias muy incómodas para algunos, como ciertos aspectos de la lectura del testamento que acabaron de enemistar a otras dos hijas de Baldomero, que de por sí se trataban poco.

Televisión Española dejó de grabar y uno de los periodistas destacados comentó que, efectivamente, el funeral de Don Baldomero Achúcarro ya había sido hace tiempo y que incluso a él mismo le había tocado cubrir la emisión.
-A mí me pasa ahora mismo con Tony Leblanc, o Agustín González, que no sé ahora mismo si se han muerto o no –comentó el locutor, a modo de excusa también. Refirió incluso que aquella tarde en el velatorio conoció a una chica que acabó siendo su mujer, aunque luego se separaron, el año pasado.
Mucha gente no recuerda bien si Tony Leblanc ya se ha muerto,
 así que no es extraño que pase a veces como con Achúcarro.
El cámara, que solía cubrir eventos deportivos, también refirió que sabía seguro que se había muerto Di Estéfano, pero que ahora mismo no sabría decir lo mismo de Kubala o Paco Gento
A pesar de todo algunos medios incluyeron la noticia, y fueron diversas las muestras de condolencia llegadas al domicilio familiar. Varias coronas de flores honraron también la memoria del insigne compositor, una de ellas de los propios monarcas, que por boca de un secretario de la real casa preguntaron dónde iba a estar instalada la capilla ardiente.


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