UN HOMBRE MEDIA EN UNA
DISCUSIÓN SIN QUE LE PASE NADA
DISCUSIÓN SIN QUE LE PASE NADA
Estado del debate antes de que entrara el señor en cuestión. Después, todos querían, entre grandes abrazos, pagar los desperfectos |
No es la primera vez que se mete
donde no le llaman
Es bajito y no sabe ni judo ni kárate ni nada. Y la
sangre le marea.
-Si luego es un mierda, no tiene media hostia –puntualiza su
mujer
En medio de una fuerte trifulca donde volaban las sillas y se repartían guantazos a discreción, un señor bajito que estaba tomando una horchata y que acababa de leer un artículo sobre la ambivalencia moral en Shopenhauer, se levantó del asiento, puso cara de resolución, se terminó la horchata, le dejó las gafas a su mujer y se metió en medio de la pelea sin que nadie pudiera hacer nada por impedirlo. Al poco, y cuando todos los allí presentes le daban por muerto o malherido, los señores que comenzaron la discusión dejaron de pelear, se dieron la mano amistosamente y sacaron la cartera para hacerse cargo de los daños. Incluso hicieron amago de darse un abrazo, aunque no llegó a tanto.
-Todo se lo debemos a este señor –afirmó uno de ellos, el
que tenía más tatuajes- nos hizo ver que la ira era insana y que nuestra
obcecación era un tanto precipitada.
-Si no es por él, a estas horas no sé dónde estaríamos
lamentándolo -repuso el otro, el grandullón de la cara deformada por las
cicatrices.
Se da la circunstancia de que a este señor bajito no es la primera vez que le ven meterse en una discusión de estas características. Una pelea entre bandas latinoamericanas acabo en una prolongada paz que todavía dura después que el hombre, remangándose la camisa y metiéndose en medio de la refriega, hiciera ver a los líderes de ambas facciones la inutilidad de una solución que no pasara por la exposición ponderada y el compromiso dialogante de las partes. En su casa guarda dos pistolas y un machete que le dejaron como símbolo de agradecimiento estos jóvenes pandilleros.
"No puedo evitarlo -nos explica Homero Farfán- Es que veo dos bigardos peleando y me entran unas ganas de meterme y darle un par de bofetadas a cada uno... |
-Este hombre es que se mete en todas –precisa no obstante su
mujer con un rictus de irritación – con mis familia en nochebuena hace lo
mismo. No hay fiesta que no intervenga para separar a mis hermanos o para
requisar algún cuchillo. Y luego es un mierda. Si no tiene ni media torta.
Efectivamente, se comprueba fácilmente en una rápida visual que
el señor en cuestión, si no un mierda, dese luego que no está dotado
físicamente para interponerse ante nadie. Él mismo nos confirma que no sabe
yudo ni kárate ni artes marciales, y que la sangre por lo general le marea,
pero que no puede evitarlo, ve alguien discutiendo y es que tiene que entrar a
pacificar, o se va con disgusto.
-Un día le van a meter una hostia que yo me voy a alegrar
por imbécil, por meterse donde no le llaman –puntualiza su mujer, mientras le
coge del brazo tratando de evitar que se acerque a dos fosterrieres que empezaban a ladrarse.
-"¡La culpa fue mía!! "¡No, mía!" ...Hechas las paces gracias a Efraín, ahora la pugna es por asumir la responsabilidad del inicio de la pelea |
Por su parte un portavoz de la policía municipal ha
precisado que no es normal que gente que medie en una pelea salga de
rositas, que lo habitual es reciba de
ambos lados y acabe con lesiones maxilofaciales o taconazos en bajo vientre. Y si hay navajas,
la mitad de las veces pérdida de bazo o tripas fuera.
-Mediar en una riza es pasaporte seguro al quirófano o a la morgue.
Por eso aconsejamos a la población que cuando vea una pelea, haga como
nosotros, que vaya despacito y no se meta, o que se entretenga preguntando y
llegue cuando la bronca haya acabado. ¿Usted sabe de dónde viene aquello de “A
buenas horas, mangas verdes”?
La policía, por medio de su portavoz, explica que la mejor manera de proceder en una riña es no meterse. Como ambos decían ser el portavoz, hubo sus más y sus menos hasta separarlos. |
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