UN ESTUDIO DEMUESTRA QUE LA GENTE CON MAL GENIO SE CABREA
MÁS SI SE LA ENFADA
Una investigación del instituto de Estudios Inopinados de la
Universidad de Massachussets ha demostrado que la gente que tiene mal genio es
más propensa a enfadarse cuando se la cabrea que cuando no. El estudio, que ha
contado con la participación de cerca de sesenta mil voluntarios repartidos en
distintos laboratorios de Milwaukee, Bramaputra y Oregón, consistía en introducir tres mil personas con mal genio en una gran sala de
observación en la que permanecían hacinados sin revistas ni grandes cosas para
distraerse. En otra sala contigua un
grupo control formado por otras tres mil personas sin mal genio permanecía también en observación. Al grupo
con mal genio se les tenía todo el rato de pie, sin comida ni nada, y de vez en
cuando entraban investigadores a
zaherirles de alguna manera, mediante conversaciones insustanciales o con un
palo. Por el contrario, los voluntarios del grupo control no recibían la visita
de nadie que les zahiriera, y además de poder sentarse disponían de agua
mineral y sandwiches fríos al final del pasillo.
Al cabo de tres horas, los sujetos de ambos grupos fueron sometidos a diversos estudios isométricos como la galvanización
de la piel, la fluctuación del PH o análisis de sangre y orina. Los resultados, según los investigadores, fueron concluyentes: la gente que de por sí tenía mal genio acababa
mucho más enfadada que la gente del grupo control, que también se cabreaba en
ocasiones pero de manera significativamente más moderada que el grupo de los
irascibles. Un estudio posterior llevado a cabo en Upsala por el mismo equipo de
investigación en el que ambos grupos permanecieron encerrados en idénticas condiciones
de experimentación, sin agua y sin sillas y regados ocasionalmente con algún
aspersor colgado del techo, determinó que los sujetos de ambos grupos habían salido
bastante enojados del experimento, si bien los que tenían mal genio mostraban
un grado de irritación ligeramente mayor. La conclusión general de ambos
estudios es que a las personas con mal genio es mejor no cabrearlas si no hay
un buen motivo.
Exhaustivos controles verificaban la irritación de los sujetos a
través de la odoración del sudor
o la salinidad del semen.
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La importancia del experimento se ha revelado como harto
cuestionable y como noticia tampoco da
mucho de sí, pero estábamos hartos de hablar siempre de lo de Cataluña. Sin
embargo, ahora que lo vemos ya escrito y maquetado, comprendemos que no ha sido
verdaderamente la mejor de las opciones.
Contra lo que pudiera parecer, el análisis del semen de Mourinho determinó que es un tipo bastante apacible. Ahora bien, ponerle un micrófono delante y empezar a cagarse en todo, fue todo uno. |
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