“YA ESTAMOS HARTOS DE PESCAÍTO” CLAMOR POPULAR EN LA FERIA DE ABRIL SEVILLANA
La hartura de bienesabe o el temor al anisakis decantan a los sevillanos por el canapé de endivias o el lacón con cachelos
Las casetas apuestan por el escalope con guarnición como plato estrella de la feria
Un clamor popular recorre una a una las casetas del Real de la Feria: “Ya estamos hartos de pescaíto…” o “más chucrut en La Maestranza” es el lema
común que han adoptado este año las casetas del recinto ferial en vista del poco caso que se le hace a la
hora de definir lo que son realmente sus verdaderos gustos gastronómicos.
Efectivamente, menos de un quince por ciento de la población
sevillana se declara partidaria de las acedías, los chocos o los bienmesabe,
según un estudio multidisciplinar de la universidad de Wisconsin, en Ilinois,
California, que ha contado con una muestra representativa de más de cincuenta y
dos mil sevillanos seleccionados en Santa Cruz y el barrio de Triana. La mayoría de los penibéticos y buena parte
de los andaluces se decanta por las fabes con almejas o el codillo con chucrut
a la hora de presidir los platos fuertes de sus mesas. Esto es una verdad largo
tiempo conocida en el mundillo de la feria pero por alguna razón ignorada por
los poderes fácticos y los responsables organizativos del festejo, que prefieren tirar del
tópico y recurrir al pescaíto, las casetas
adornadas con farolillos y las guapas sevillanas a lomos de jacas y ataviadas con preciosos largos trajes a lunares y estampados.
El cosmopolitismo de la sociedad sevillana demanda un giro en las tradiciones. El sushi, en segundo lugar en la preferencia de los andaluces, tras el ibérico de bellota |
No es el único que encontramos en la feria. Miles de
sevillanos reniegan del pescaíto y solo hacen que lo toman mientras fotografía un
turista japonés o graba un cámara de la televisión canadiense. Después lo
escupen con repugnancia y se sirven un plato de crema de puerros con picatostes,
el verdadero plato que triunfa en la feria y que esconden en un rincón oculto
de la caseta fuera de la vista de fotógrafos y turistas.
-Al jamón no le hacemos ascos. Igual que decimos una cosa
decimos la otra –confiesa otro sevillano que tiene verdaderos problemas a
la hora de embocar el taco sin desenfundarse el capirote- pero esto lo
hacemos solo por la tradición, porque algo había que mantener para conservar la
tradición- explica, sin que se le entienda mucho porque se ha metido varios tacos y pronuncia poco.
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